26/12/09

El afro del descansillo

En Serralves me sentía guiri, puede que por eso no me diera reparo sacar un par de fotos antes de que me llamaran la atención en un portugués a la carrera. No es una disculpa para explicar la calidad de las fotos, o sí. Esta mañana he ido a ver por segunda vez la exposición de Jorge Barbi en el MARCO algo que no suelo hacer con demasiada frecuencia, más que nada porque no suelen impresionarme lo suficiente como para querer repetir. Ésta quería visitarla de nuevo porque gratamente me sorprendió. Tampoco es una maravilla que me eleve hasta lo más alto de mis ensoñaciones pero ejemplos como las cagadas de las ratas del aire antropomórficas son un buen ejemplo del sofoco del azar en los recorridos del día a día. Somos una cagada en realidad como especie, como género, como ejemplo.




Más que recomendables sus espumas digitalizadas con un retoque que no satura o sus palillos plastificados, que a mi modo de ver es la mejor obra. Echaba de menos motivos enxebres entre esas paredes, Santiago Sierra moró demasiado por esos lares con sus bloques de hormigón, un cementerio que en general decepcionó bastante. Él en particular me parece un personaje decadente y vulgar aunque no lo condeno por su obra y sí, quién está detrás de la obra me importa. El arte del personaje siempre ha sido importante para mí, la historia que nos cuentan, a saber...




Si os pasáis por la Fundación Barrié de Vigo intentad dar respuesta a una cuestión que todavía no me cabe en el papo. Caio Reisewitz, Maracutaia, fotografia de paisaje, con un montaje decente de paredes circulares que dotaba de cierta tridimensionalidad al plano y que a mi paracer favorecía lo sutilmente panorámico de alguna de las instantáneas, las arrancaba de la pared y eso me gustaba estando sentada en el centro de la sala.




Y esto último es lo que estaba entre planta y planta, en el descansillo de la 4º planta, ahí en todo su esplendor y como obra de la colección a mostrar. Eso sí, ahí me detuve un buen rato porque no entendía nada. Si aún el afro de turno con una camisa de satén dorada de Christian Dior (la etiqueta se aprecia claramente) fuera el propio Caio aún... Pero si es un chiste, es malo malo. Todo es tan serio, tan verde hierba apagado con marcos de madera de color caoba sin barnizar perfectamente opacos, de 4 cm, sobrios, mates y de repente se hace la luz con una modernada setentera a todo color con un discurso que no tiene nada què ver aunque el propósito fuera que no tuviera nada qué ver... Muy extraño... ¿ y ese cerezo en flor del fondo de típica estampa japonesa?

Soboer japonés

Un capítulo de Shinchan en castellano no tiene ni p... gracia. Aún así llevaba días queriendo ver uno tras acabar de leer Tokio Blues. Novergian Wood de Murakami. De Japón no precisamente me fascinan los kimonos ni el manga. Hace años que quiero ir para sumergirme en la contrariedad. De mi puedo decir que una impostura caprichosa me arrastra a todas partes y a ninguna. Puede que esto me ligue a la cultura japonesa sin querer queriendo. El caso es que creo que es uno de esas historias sobrevaloradas, el libro no es para tanto y es comprensible el impacto en un adolescente prepúbere: narración de sexo explícito, relaciones tormentosas, fragilidad y vulnerabilidad adolescente, mucho suicidio (algo tan japonés)... A pesar de ello no puedo obviar las sencillas descripciones de paisaje y naturaleza, momentos que he apreciado gratamente en una historia totalmente predecible, más que nada, porque todos los adolescentes japoneses parecen avocados a una vida frustrante, alcohólica y ensimesmada que empiezo a percibir como un estereotipo vomitivo que me llega por veces.

Y la gracia del capítulo de ayer es que iban 4 niños por las calles de Kasukabe hablando a cerca de las pruebas de primaria de acceso a una escuela de élite del país (la mejor). Cada fragmento de cada capítulo se me presenta como una joya digestiva de la paradoja japonesa para un espectador occidental aunque su autor la concebiera para el público de su país. Y esto nos llega de uno de tantos productos japoneses que invaden nuestra cartera visual. Porque sí es verdad que Japón ha vivido mucho años inmersa en una contradictoria asimilación de lo foráneo como auténtico y destrucción de la propio como respuesta al progreso. Viendo Kasukabe desde el GoogleMaps no parece habitable.

Más allá de lo que Nobody Knows de Koreeda pudo compungirme en su momento, la atracción por lo sesgado sigue siendo más que fatal. El que el creador de Shin Chan se despeñase a escasos metros de la cima un día de senderismo no deja de alimentar mi curiosidad sensacionalista en parte, que no dudo en reconocer, pero consciente de que cualquier dato, de la índole que sea, es necesario para tener una visión total de cualquiera que sea la historia.


17/12/09

De plomo y estaño. Un día en el taller.

Las manos en la masa. He de decir que de comensal se está muy bien pero el cocinero... Lo guisa todo y se come lo que puede y aún así sale ganando. Digo todo esto porque el proceso importa, de hecho es lo que importa. El resultado final, "ese toque" del que en muchas ocasiones se habla coloquialmente, que tienen las cosas, no viene dado sino es por una mano en concreto, es decir, el control de tus propias cacharradas desde que nacen hasta que mueren en la pasarela o en una esquina del taller, es necesario para que ese "algo" tenga algún tipo de identidad, "tú" identidad. Habrá para quién esto no pese nada y lo que importe sea un trabajo bien hecho sin más. Esa gente no sabe lo que es la esencia y ellos se la pierden. Saber a qué huele el plomo, o cómo se siente la escayola fraguar en tus manos o  tocar la grasilla que el gelflex suelta como si se tratara de una plastilina. Saber cómo huele el plomo y morir intoxicado. El caso es que hoy ha sido un día de taller y me gustan estos días. De repente el mundo es eso. Puede que sea así porque no paso mucho tiempo allí, no creo que el maestro de taller lo viva de igual modo. Ahí sigo con mi cerebro a vueltas y mis jeringuilas. Las jeringuillas tendrán que esperar al 14 de enero. Tengo el molde medio hecho pero eso va para la máquina de microfusión que depende del permiso de un profesor con el que no cuento hasta dicha fecha. Así que las jeringas-joya tendrán que esperar.


Dejando a punto el molde para las jeringuillas


Así salió el cerebro del molde con cera perdida. Sí, de estaño y plomo, pesaba lo suyo. Se procedió a la mutilación del tallo, cosa que me costó decidirme ya que simulaba una perfecta columna vertebral y ese tronco robusto de... 60 anillos por lo menos, árbol viejo.



Aquí todavía en bruto, sin pulir y sin dorar.


Partió de unos sesos de ternero y pasa que no tienen casi entradas y al positivo en escayola tuve que forzar y tallarle los surcos para que no se perdieran luego al sacar una colada en metal. Quedó algo más grueso de lo esperado pero no había demasiado tiempo. En todo caso 100 gramos arriba o abajo no va aliviarle nada a la maniquí en cuestión.

Necesitaba un día como hoy. Eso de sentir la paciencia de preparar un molde tan preciso lo hechaba de menos. Toda la mañana como una marquesa.

13/12/09

El arte de la semejanza

Habrá a quién Caixanova en Pontevedra le espante. En particular, siempre me han gustado los techos altos. Se está convirtiendo en una extraña costumbre acordarme de visitarla el último día de la exposición, ya van dos y sin premeditación.

Hubo un tiempo en que desprecié el hiperrealismo pintografiado y no entendía su vigencia en momentos donde ya no aportaba nada, al menos a gente como yo. Hoy por hoy es diferente y yo he cambiado pero también las cosas. Es más que entrañable que alguien dedique dioptrías y paciencia a calcar hasta las máximas consecuencias una instantánea. Mérito tendría caballete en mano e in situ darle la misma vida. Pero hace más de un siglo que los artistas son animales de sillón y cuestionar por qué dar vigencia y cabida al virtuosismo técnico de unos pocos no procede.

De la muestra El arte de la semejanza sólo tengo un par de pegas. Una es la obra de Rebeca Menéndez que no pintaba nada en el sentido literal de la palabra. Puede que se me escapara algo, pero no sólo rompía la atmósfera de la sala en la que estaba sino que estaba mal ejecutada: el fieltro de los vestidos de las niñas estaba mal colocado y las líneas negras del dibujo mal pintadas y por fuera. Me resultó muy extraño encontrar un ejercicio de la carrera expuesto ya no en ese edificio porque no siempre aciertan, sino entre obras con cierto peso e identidad y técnicamente ejecutadas con maestría (que a fin de cuentas era un poco lo que unía a todas).



Esta no era la pieza en particular pero gráficamente viene siendo la misma historia en vez de sobre lienzo sobre la pared. Una y otra vez el mismo elemento gráfico que cambia de historia pero con un cuento aburrido y facilón. Esos viajes a la infancia que siguen después de acabar la carrera miedo dan. Muchos sabrán el por qué de estos palabros.

La otra pega era la pieza de Rómulo Celdrán, la única escultura de la muestra. La pega no es que todo fuera pintura y de repente pedrusco,  vale que era de una pieza y que compartía el virtuosismo técnico con las demás, pero eso era lo único que la vinculaba y no me pareció suficiente en una muestra que básicamente reunía retratos.


Hold I de Rómulo Celdrán.


 
 
Me costó un rato constatar si era a mí a quién miraba. Me acerqué para tocarle la espuma y me pareció que acababa de echársela. Busqué el píxel e inmediatamente la cartela y el píxel otra vez. Parece que es la primera vez que veo algo de esta índole. He de decir que una de mis obras favoritas, de pocas puedo decirlo porque es complicado sentirlas a fondo, es un retrato de Gerard Richter que vi en la Documenta XII de Kassel hace unos años y nunca hubiera apostado por ella, ja, yo escultora. Está claro que no es comparable porque aquel retrato Betty de 30 x 40 ha sido la obra que más impacto me ha causado en mi corta vida de espectadora.Ni decir tiene que la pintura tiene que estar en el ambiente, compartiendo oxígeno contigo, en papel sólo es documentación.


Betty de Gerard Richter




6/12/09

Esta es GRACE

Cuando me fijé en ella, pensé que era un travesti. La oía cantar y pensaba en lo contenta que debería de estar porque las hormonas estaban haciendo un gran trabajo, al menos con sus cuerdas vocales. Más tarde supe que no. Debe de ser toda esta sobrehormonación que fluctúa últimamente por doquier y no sólo en los medios de comunicación, donde la sexualidad de cada uno de los que aparece es claramente evidente y vendida previo aviso. De repente la hipersesibilidad y el amaneramiento no son sine qua non. Al lío. El caso es que "ella" ahora es mi tema de Proyectos, al menos hasta enero. Puede que lo que me haya hecho decantarme por ella entre todos los personajes que paseaban palmito por Studio54 haya sido su color de piel, su carácter cambiante y el magnetismo que indudablemente evoca su imagen contruida con mucho mimo.




Al principio  quise pensar que no tenía nada que ver conmigo, con mi trabajo anterior y que se trataba más de una de mis propuestas reto que de un deseo verdadero por abordarla específicamente. Nada más lejos de la realidad. En el proceso voy encontrando cada día más puntos en común que me unen a este personaje.

Eiko Ishioka es una costume designer que a mi y a unos cuantos miles de más nos fascina. Tras su vuelta a los ruedos tras 20 años dormida, Grace ha contado con su colaboración para vestirla en su disco Hurricane publicado en 2008. Para mí fue una grata sorpresa ya que amo el trabajo de esta señora, especialmente el que hizo para uno de mis artistas contemporáneos fetiche, Mathew Barney para el Cremaster 5, 1997. Yo, en términos generales os recomiendo que os los veáis todos porque no tienen desperdicio. Podéis encontrar más en http://www.cremaster.net/














 A continuación os muestro trabajos de Ishioka para Grace.







Sí, impone y la que es un poquito hortera es Grace no Eiko. En otro tipo de trabajos como para The cell, 2000 o Bram Stoker´s Dracula, 1992 dejan entrever que Ishioka es una de las grandes en ese mundillo.






Me gustaría destacar (y acabo ya con esta señora), su trabajo en The fall, 2006.





Volviendo a Grace, fue inevitable que pensara en Skunk Anansie. El parecido físico es notable y la actitud a la que se enfrenta al medio también. En cuanto a géneros musicales la cosa cambia. Particularmente prefiero a Skunk Anansie. La figura de Grace, en el mundo musical, no deja de parecerme un merengue al sol en un escaparate durante una semana. He leído en varias ocasiones que tenía un carácter difícil muy propio de artistas de esa talla. Un poco rancia se me queda tras escuchar su versión de La vie en rose todo sea dicho.

Grace Jones


                                                                   
Skunk Anansie


Aquí os dejo con uno de mis temas favoritos She´s my heroine de Skunk Anansie. Espero que lo disfrutéis.

29/11/09

Un merecido premio que no llegó.

Pájaros en la cabeza, de Eva Soto pasó desierto dentro de la repartición de los panes la noche del jueves. Era indiscutible que se merecía de sobra algún tipo de mención, porque el proyecto, al igual que un par de ellos más, se descolgaba del resto por el nivel de ejecución, concepto y calidad en general. Fue una sopresa poco grata para el público asistente por lo que pude constatar luego en el catering y para mí también. Sólo dispongo de esta fotografía que extraje de la Voz de Galicia pero los detalles del mismo eran más que aplaudibles.



Los sombreros/tocado rozaban al límite la estructura de la pasarela, pasando a unos escasos centímetros de los focos cada vez que la modelo se giraba. Temía personalmente por ellos, porque conocía de primera mano la preocupación de la diseñadora por esta cuestión en particular. Son muchos meses de trabajo que se concentran en apenas 5 minutos. Sí, es intenso.

Los pajarillos que a escala real abundaban en otros estilismos personalmente me encantaban. Extraídos de un positivo real, me parecían muy poéticos y logrados. Coger un pájaro muerto, que ha sido libre o no tanto, esos que vuelan, a los que envidiamos profundamente, hacerle un molde y reproducirlo es algo más que poético. Se me ocurre pensar en un homenaje a todas esas ideas muertas, por lo de los Pájaros en la cabeza.

Ahora el debate se podría emprender alrededor de la palabra premio, de las puertas que abre y que cierra, de lo determinante o no que pudiere llegar a ser. Lo que pasa es que más allá de la cantidad económica la difusión es mayor y tu trabajo transciende de otro modo, mejor o peor, pero llega. Sin duda es una bonita medalla para el currículum y las flores crecen de otro modo a tu alrededor. Todo el set de jardinería puede que corra a cargo tuyo, pero bueno, el jardín ya es tuyo.

Telar con ganas.

Ayer comencé una de las tantas actividades que deseaba realizar algún día. Es por lo que me he iniciado en el telar tradicional. Todo fue por casualidad este verano en Sargadelos. José Ortiz, alguien que no sé muy bien como describir porque es más que un artesano de todo lo que puedas imaginarte y un artista multidisciplinar donde los haya, aunque su modestia le haga pensar de modo distinto, participó en el Taller Internacional de Cerámica Sargadelos 09. Allí fue donde le conocí. Su compañera, como a él le gusta llamarla, María José Lois, es una de las mejores tejedoras de chales de Galicia. La casualidad quiso que esta mujer enseñara su arte en el municipio donde resido y que ahora mismo me imparta clases de artesanía textil.



Este es mi telar.

María José o Yoye, es una persona encantadora. Tuve el placer de comprobarlo en un viaje que pretendía como meta Taramundi, (ansiaba hacerme con un par de los famosos cuchillos) pero acabó siendo un paseo por el Ayuntamiento de Santa Eulalia de Oscos, en Asturias. Visitamos la Ferrería de Mazonovo, nunca antes había visto un mazo hidráulico ni una fragua antigua, esta en concreto del siglo XIX, por lo que me impresionó tal cual periquito ante el espejo. La casa del Marqués de Sargadelos se conserva en las proximidades de esta ferrería. En algún momento publicaré un post sobre esta experiencia. A lo que iba. Yoye tuvo la amabilidad de mostrarnos a todos su trabajo, sus chales y quise simplemente ser aquellas manos. Es muy posible que nunca llegue a la perfección de los mismas, pero en ello estoy. Iré publicando los avances. Por ahora decir que engancha y que las cuatro horas se me pasan volando. Os dejo unas instantáneas para que me envidiéis.


Esta es la primera muestra, ligamento tafetán. Se puede ver la lanzadera de madera con su canilla de cabo de lana. La urdimbre es de algodón.


Ligamento tafetán con dos lanzaderas haciendo listado.






Las clases se imparten en el Colexio Carballal en Marín. Existen dos turnos de 4 horas cada 15 días, uno el sábado por la tarde y otro el lunes por la tarde también. Si alguien está interesado puede contactar conmigo y de muy buen gusto le facilitaré un teléfono de contacto.

Prueba superada, Debut09

Un pequeño incidente truncó mis deseos de registrar el ambientillo del backstage que era de lo más singular. Y no, mi cámara no se había fastidiado, no tenía simplemente batería, kill me please!!! Pero puedo decir que fue excitante. Me perdí uno de los momentos de la noche que más tarde me relataron, que fue sin duda cuando la Pernet se enamoró de una de las piezas de Adri y que con vergüenzas y rubores asumió una entevista de la dama negra. Más tarde pude comprobar lo cierto de su fall in love porque rondaba alrededor de sus cosas tal cual fashionista excitada. Mis felicitaciones otra vez.

Del resto decir que estaba hasta los topes con un público mix: ciudadanía provinciana, padres & co., paseantes curiosos y algún que otro personaje interesante. El primer premio, Isabel Mastache, estaba casi dado por vox populi. A todos nos hechizó desde el primer momento. El título de la colección era Voces Búlgaras para hombre, sí, esos títulos que luego sólo al propio creador y  a unos cuantos nos interesan, en mi opinión era acertado. Quizás el fuerte de este proyecto radique en la fusión de prendas tradicionalmente construídas como chaquetas formalmente reconocibles y una profusión desmedida de formas alternativas y sorprendentes en diferentes puntos del cuerpo llenas de color. Mi estilismo preferido era el traje verde con la protuberancia pélvica al descubierto. No sólo me encanta el color, sino que me parece la mejor pieza, limpia y extremedamente inteligente desde mi punto de vista. Además el maniquí que lo portaba hacía subir a la prenda hasta lo más alto.He de señalar que el buzo ruso también me conquistó, algo tan tosco y bruto entre algo tan arty rompía con fuerza.


 Estilismo de Isabel Mastache (fotografía extraída del blog de Román Padín) pasando revista por el jurado antes del desfile.



Desfile Isabel Mastache.



Desfile de Daniel menéndez, me gustaba especialmente el tejido de raso de corbata de los pantalones.

 
Esta pieza de Paula Arnoso me pareció espectacular.



Estos son los globos que alucinaron a Diane Pernet de Adrián Castro. 



Una instantánea de una de mis piezas.



Otros estilismo propios.


En general salí encantada. El catering fue adecuado, el servicio estuvo correcto y el espacio era muy agradable aunque hubiera que subir tres pisos de escaleras. Más tarde pensé en la existencia de un ascensor y la constaté a mi bajada.

 Desde aquí quiero dar las gracias a toda esa gente que estuvo organizando este evento, porque aunque para muchos alumnos no represente nada y lo vivan como una obligación, para mí y para las personas que aspiramos a ser diseñadores y movernos dentro de este mundo profesional fue un sueño hecho realidad. Mover a toda esa gente implica un esfuerzo y dosis de paciencia extra, gracias otra vez.

Y, después del Debut, en esta escuela siempre hay un antes y después. Normal. Ahora es el después y la resaca de tiempo retrasado se va a dejar ver en nuestras navidades, que no implican otra cosa que trabajo y más trabajo, aunque alguna copichuela nos inyectaremos... Espero.

24/11/09

Heating the last days boys


Y es que puede que todo sea inocencia o simplemente ilusión. Cuánta mierda nos venden, porque me siento culpable por no sentir que el mundo es una mierda, o al menos, por momentos. Este sábado ha sido la última prueba de vestuario.
http://www.esdemga.uvigo.es/debut09/

1/3/09

Permanecer deseoso, deseante, deseado

Y pensar que con esto se cumple cualquier tipo de expectativa vital a día de hoy, que es todo lo que necesito para no humillarme, para cuestionaros. No son pocas las veces que mi voluntad ha pedido no hacerlo, eso de cuestionar, porque en ocasiones hacerlo público resulta incluso dilapidante y soy un ser social, de eso no dudo. A la gente no le gusta saber que su jardín no es “el jardín” entre los jardines, más bien, creo que no les agrada que se lo digan o que otros se den cuenta de su pequeñez relativa. Se hace algo difícil no ir poniéndoles lazos a todas esas cosas que parecen feas, vacías, desnudas, si puedes y tienes un rollo de raso de terciopelo del bueno. Los lazos no son medallas.

Deseoso
Y me sale así, porque no duermo o porque las cosas no se inscriben dentro de mi capricho, y es la siguiente de la siguiente y sucesivamente se repite este hambre voraz por… ni siquiera se trata de poseer. Si llegara a poseer dejaría de desear no poseer. Sé de lo que no se trata. No es afán de superación, ni ambición materialista o un poder celoso de un trono que se corone con un “te lo dije”.
Quiero tocar cada forma, cada línea, cada ente. Quiero tragármelos y que mi cuerpo adopte su fisicidad y que mis brazos los rodeen siendo casa, muro o ventana.
Todo forma parte del ya aunque no pueda controlar las vomitonas que reverberan alrededor de las circunstancias, de este momento. Y vuelvo a pensar en olvidar a las personas, a las cosas, a neutralizar cualquier resquicio de recuerdo para poder enfrentarme de otro modo a la decadencia de seguir viviendo. Entonces es cuando echo un vistazo a toda esa gente de mi edad que se ha relegado a patrocinarse, que ha obviado sentir. Me reconozco entonces reconfortada con la naturaleza de mis diversas y condensadas frustraciones porque éstas están desgastadas por ser y no por no serlo. Deseoso implica asumir riesgos, todos los riesgos, con los tres pies dentro.
Deseoso responde al grito de la tercera persona. Deseoso necesita de los demás para existir, los demás tienen que percibir a deseoso cerca de mí porque si no no se trata de deseoso si no de deseante. Hablo de lo/los demás como una cavidad más a ocupar y ahora mismo me siento tan okupa. Te tienen que señalar “mira, allí, va con deseoso” y sin dramas, ni estigmas ni tonterías.
Deseoso es diferente cada vez y no soporta ser forzado, quién lo soporta. La patata ridícula de un grupo de bermudas y chanclas a la puerta de una catedral, o la catedral o vuestra sonrisa fingida, una de dos. Posicionarse, dudando, pero posicionarse. Un helado de dos bolas, en un primer momento apostaría por glotonería pura, ahora mismo diría que es una especie de pavor de reminiscencias pueriles que evita que un elector se aferre a un sabor en concreto y saboree la única bola en toda su densidad. Conozco a gente que sólo come helado de chocolate y no me gustaría ser ni barquillo ni bola en contacto con su humedad curvilínea.

Deseante
Sólo alguien que ha conocido a un amigo imaginario sabe que cuando se calla lo hace para siempre. Entonces lo echas de menos y el espacio no es ese espacio que lo acoge todo, omnipresente; desaparece y no se establece un comité de búsqueda ni ningún tipo de despliegue armado para su captura. Se ha ido desprendiendo, una manzana verde que ha acabado asimilada por la humedad de la tierra de acogida y picoteada sí, de vez en cuando, por algún animal curioso. Qué estúpida tontería verde esperanza, eso es porque nunca se han comido una manzana podrida.
Hasta que te das cuenta de que lo haces vives un poco peor. Algunas veces pasa con encontrarte con gente con el mismo padecer aunque esto no sirva para nada. Puede servir para no dar explicaciones y poder flotar sobre la superficie, pero salgo de este edificio con la misma sensación con la que entré. Sí que se han resuelto cosas y mi tartamudeo progresa adecuadamente desde la primera paliza. Ahora no sólo parezco segura.
Deseante se escribe en primera persona, es un estado intransferible y celoso. Ese regocijo con el ansia que en ocasiones brota como enfermizo se torna cuestionable cuando lo padeces y se echa de menos cuando las carnes se relajan lo suficiente como para sentir que dejas de estar alerta, aunque sea sólo un poco. Un molinillo que no descansa, de martes a lunes.
Conforme pasan los años pelas mejor las naranjas. Todo pasa por incluir la posibilidad de manifestar/poseer sentimientos que desde niño has percibido como debilidades. Alguien ha querido hacerte impermeable, a ti que has nacido esponja. Y no das abarcado a todo el público que merece ser contentado, porque no quieres que nadie se quede sin un trozo de pastel, todos tienen que probar tu tarta el día de tu cumpleaños. Qué importa si eres el único que se queda sin probarla.


Deseado
Uno llega incluso a poder llevar lo de caducarse en la estantería de ese supermercado cutre de la esquina, por ponerle fecha. Incluso si la tinta ha desaparecido por el frote con otros candidatos de mejor presencia en todo este tiempo. Permanecer frente a lo ridículo de la espera, no supone ningún tipo de resistencia fastuosa ni torturadora ver pasar. Y entonces cuestionas a qué tipo de cartera habrán ido a parar todas aquellas monedas que apostaron por ti, si tintinean o se amontonan como papel.
Me siento totalmente incompetente para arrimar algún verbo a deseado. Ser, estar, saber. Se escapa de ti, se escapa de mí. Es algo tan propio y tan pegado al otro, porque si no lo tengo me arranco el mío o el tuyo o el tuyo y el mío, porque por separado no tienen sentido. Y Romeo y Julieta deleitan a la gente, pero esto está muy lejos de un baño de gloria entre multitudes de corazones blanditos y generosos. Alguien que no tiene un presente con lo deseado no puede levantarse cada mañana y pensar lo sucio que está el espejo del baño o a qué huele el café. Más allá de la compasión que me la guardo para cuando la necesite, está morirse o puede que aquí empiece todo, sí, que el deseo comience con la muerte.
Deseoso y deseante se completan con deseado, por no llamarle “padre”.
En algún momento llega la respuesta, una patada a una piedra no muy pesada. He dudado siempre de la rebeldía con la que me suelen señalar porque en ocasiones siento que se refieren a ella desde la impostura y es algo con lo que no me deleito. No es un sí porque sí o porque no, es una necesidad profunda que siento como vital, más allá de lo convincente que se hagan oír mis explicaciones. Intentar convencer me aburre profundamente. Me ha costado lo suyo no sentir la necesidad de preguntarle al de al lado si quería que me bajase en esa parada o en la siguiente, saber que mi voluntad solamente dependía de mi circunstancia, de mí; y ahora supongo que es hasta que descarrile o hasta que nos congelemos todos...

Y no estoy a favor de los vegetarianos, quienes quizá sean demasiado blandos para la fórmula en que fuimos concebidos, 2008

La mancha, y qué sino.