16/2/10

Un rincón agradable para cenar. Crepería Crecotté, Pontevedra.

Llegamos pronto, los primeros. Todavía no se había sentado nadie. He estado en varias ocasiones en esta crepería pero como siempre éramos un grupo numeroso y el jaleo era considerable no había podido saborear el lugar en su estado más íntimo. No siempre queda acorde la remodelación de una edificación antigua queriendo conservar parte de su esencia en los muros de granito o vigas de madera, pero éste no es el caso. La propia distribución de las estancias laberínticas rompe con esos incómodos espacios diáfanos de salón de comidas de ceremonias y proporciona cierta intimidad que se agradece.



En particular me encantan las lámparas de este lugar en contadas ocasiones repetidas en modelo alrededor del local y el print animal de las sillas que suaviza la robusted de las paredes que te envuelven como las de los pazos tradicionales. El trato es muy cordial y atento (todos los camareros son chicos) y el precio es razonable (menú basado en ensaladas, crêpes y platos especiales de la casa). Me llamó la atención el tejido de las servilletas (aunque sintético imita al lino) y el que estén tan perfectamente planchadas, la verdad, que así da gusto limpiarse el bigotillo una y otra vez. Y por supuesto, todo está muy bueno (fresco, limpio y poco grasiento). Se basa todo un poco en asumir pequeños riesgos mezclando ciertos ingredientes de lo más comunes que consiguen escaparse de las típicas tapas o de la tortilla de patata, qué sí, que me encanta, pero de vez en cuando apetecen sorpresas aunque no sean del todo complacientes.
Más que recomendable.

1 comentario:

  1. Deduzco que esto pertenece al 14 de febrero, el plato de ensalada es de buen gusto jajaja, hago una que está y es de buen gusto. No conocía el lugar pero con quién voy a ir de visita.

    Beso, happy trip.............

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